El trabajo es un elemento importante para la consecución de la sostenibilidad, además de una parte esencial en el desarrollo humano, la justicia social, la estabilidad y la paz.
Desde hace algunos años, se han establecido normas internacionales o nacionales con el objetivo de apoyar a las empresas a integrar la responsabilidad social y así lograr su contribución al desarrollo sostenible.
En materia laboral, empresas a nivel mundial han respaldado el compromiso de la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, bajo las categorías de: libertad de asociación y libertad sindical y el reconocimiento efectivo del derecho de negociación colectiva, la eliminación del trabajo forzoso u obligatorio, la abolición del trabajo infantil y la eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación.
Los derechos básicos de los trabajadores de ganarse la vida con un trabajo escogido libremente y en condiciones laborales justas y favorables; se reflejan en la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
El Objetivo 8 de Desarrollo Sostenible también insta a la creación de más empleos que no solo proporcionen renumeración digna, sino a la estimulación de la economía, en igualdad de oportunidades para hombres y mujeres al mimo tiempo que protegen el medio ambiente.
En este sentido, la Norma Internacional ISO 26000- que proporciona orientación sobre los principios de responsabilidad social- estableció en sus materias fundamentales un apartado sobre prácticas laborales, que comprenden todas las políticas y prácticas relacionadas con el trabajo en nombre de una organización, incluido el trabajo subcontratado.
Las políticas incluyen lineamientos de reclutamiento, formación y desarrollo, salud, seguridad, procedimientos disciplinarios, promoción, jornada laboral y renumeración entre otras.
La creación de puestos de trabajo, así como los sueldos y las compensaciones por el trabajo realizado son unas de las mayores contribuciones sociales y económicas de una organización.
¿Cuáles son los beneficios?
En los últimos años se han relacionado las prácticas de responsabilidad social empresarial en el ambiente de trabajo con el éxito corporativo. Entre los beneficios se encuentran:
1.-Una reputación positiva
Con mayor frecuencia los consumidores buscan empresas que empaten con sus principios en relación con cuidado del medio ambiente, apoyo a causas sociales e inclusión. Generando con ello reforzamiento de la fidelidad y reconocimiento de marca.
2.-Colaboradores motivados
Los empleados valoran las empresas que son socialmente responsables y que realicen actividades que impacten positivamente al medio ambiente y a la comunidad. Este tipo de iniciativas puede evitar la alta rotación de personal y generar interés por formar parte de la empresa.
3.-Atracción a los inversionistas
Actualmente, se valora las actividades que las empresas generen en materia de Responsabilidad Social, lo anterior garantiza la continuidad de sus operaciones así como el cuidado del entorno.
4.-Bienestar laboral
Una cultura empresarial responsable aporta satisfacción a sus colaboradores, al sentirse parte de acciones por un cambio positivo en la sociedad. Lo cual, eventualmente genera un clima laboral sano.
5.-Mejores relaciones
Con la percepción positiva de los inversionistas, empresas, gobiernos, proveedores y comunidad donde se opera.
Cabe destacar que promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible solo se puede lograr a través del trabajo digno, pleno, productivo y decente para todos.
Destacado:
El trabajo no es mercancía, sino un medio para mejorar la calidad de vida de las personas
Este principio fundamental de la Declaración de Filadelfia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dem1944, ya establecía la necesidad de proteger a los trabajadores de ser tratados como un factor de producción, sujetos a las mismas características del mercado aplicables a la mercancía.